BREVE Y PRECISO.
DOMINGO FÉLIX TORRES.
El desastre que ya llegó.
Las revelaciones del grupo Guacamaya, conocidas como GUACAMAYA LEAKS, sobre el hackeo de millones de correos confidenciales del ejército mexicano, la negativa del general secretario de la defensa a comparecer ante los diputados (pretendiendo que al revés, los diputados comparecieran ante el general en su oficina), la bomba de la publicación del libro EL REY DEL CASH, publicado por la esposa de uno de los históricamente más cercanos colaboradores del presidente -donde se revela que se tiene conocimiento de muchos delitos del crimen organizado- como corrupción en el gobierno, malversación de recursos, asociación con criminales y de cualquier cosa inimaginable, y de como éstos, no se combaten.
Las controversias con EUA y Canadá por el TMEC que nos pueden costar miles de millones de pesos, la muy posible cancelación de importante tramo del tren maya, el mamut blanco del aeropuerto Felipe Ángeles que no tiene aviones ni vuelos, la inauguración de una refinería que no refina nada, los pleitos internos entre los aspirantes de morena a puestos de todo tipo, desde regidores, alcaldes, etc, hasta llegar a gobernadores, senadores o a presidente de la república; la inflación y carestía desbordada, el alza de la gasolina, el diesel y el gas, el robo diario imparable de miles de litros de combustible en ductos de Pemex (Huachicol); el interminable ingreso masivo de extranjeros a nuestro territorio y las presiones de EUA sobre el tema, la intoxicación de cientos de niños a causa de las grandes cantidades de droga que asedian las escuelas a causa de una criminalidad desatada, los casi 130,000 muertos y más de 100,000 desaparecidos; más todas las demás calamidades que gusten, hacen tener hoy día a un presidente muy enfermo, a su gobierno al borde del colapso y a una población muy, pero muy desesperada.
Esta descripción que no es catastrofista sino catastrófica, no se aprecia a veces porque pareciera que la realidad no retrata la magnitud de la tragedia, porque la fotografía que vemos y que nos venden, está velada por una cortina de propaganda, maquillada y afeitada por millones de becas y dádivas; negada por el machacar de un discurso populista engañabobos que todos grita: vamos bien.
Esta calamidad que vivimos, es también silenciada por la intimidación y las amenazas, soterradas y explícitas.
Pero la fotografía aquí manifestada es real, esta narración es la imagen sin filtros de la cara lavada de un gobierno demacrado y enfermo que hace todo lo posible por decir, vamos bien, cuando de hecho, está a punto del soponcio.
Sólo veamos la desesperación con la que se conducen…Este gobierno ya está tan frágil, que cualquier sobresalto, lo puede hacer caer.
Ya se verá…
¡Saludos, jóvenes!