HABLANDO CLARO
Las fábulas de Esopo y los políticos…Hay una vieja fábula de Esopo que dice que cierta vez hubo una guerra entre los mamíferos y las aves. El murciélago que era muy cobarde, ideó un truco para no tener que ir a la guerra. Cuando se encontraba con los mamíferos, plegaba sus alas y se hacía pasar por ratón, y cuando se encontraba con las aves, extendía las alas y se hacía pasar por ave… Lo inevitable sucedió, pronto, las aves descubrieron que no era un pájaro y los mamíferos descubrieron que tampoco era uno de ellos. Desde allí -dice la historia- el murciélago teme volver a salir durante el día y solo anda por la noche, solitario, ya que ambos grupos saben que es un fraude…Pero, Hablando Claro, esta fábula, tiene mucho que ver con la clase política o políticos indecisos acostumbrados a asumir conductas “camaleónicas” que según sea el ambiente en el que se desenvuelven, cambian de color para proteger sus intereses particulares – aclaro, no lleva dedicatoria-… Y ahí está el detalle -dijera Cantinflas- cuando no te decides quien quieres ser. O eres de un partido o no lo eres, no hay término medio; o estás con melón o con sandía. Según el clásico, tibios, ni los huevos…Este fenómeno de andar de liana en liana como Tarzán en la selva, es muy común en los últimos tiempos en los que México se debate en una transición entre un viejo régimen y la llamada Cuarta Transformación; y en este flujo y reflujo, cada día brotan como hongos a nivel nacional, estatal y local demasiados personajes disfrazados de murciélagos, que ponen el direccional a la izquierda y viran el volante de la unidad a la derecha. Da pena ajena ver como declaran militancia y lealtad a un partido y solo son sabandijas y alimañas que destilan democracia en alambiques estercoleros. Son muchos, pues, esos “fraudes” dentro de los partidos políticos… La frase: “Batman no revela su identidad, aunque hace aparentemente cosas buenas por los demás”; la escribió Elizabeth Ortiz. Soy Mario Castro, servidor de usted.