HABLANDO CLARO
¿Especulación, o morbo?…La salud de un gobernante, por su investidura, es un tema importante que la sociedad ve con atención, toda vez que no es cualquier persona; sino líderes que conducen la vida política, económica y social de un municipio, estado o país…Pero, Hablando Claro, ¿Qué tanto deben saber los ciudadanos sobre la salud de sus gobernantes? ¿Es importante tener gente sana al frente del gobierno? ¿Dónde termina la línea de lo privado e inicia la de lo público?, estas, son algunas de las preguntas que se vienen haciendo desde hace tiempo, en torno a la importancia de la salud de los mandatarios… Leo Zuckermann, en su columna Juegos de poder, publicada en el Excélsior, al referirse al presidente de la república, señaló: “Yo tengo serias diferencias ideológicas con López Obrador. A lo largo de su carrera, creo que ha cometido errores significativos que he criticado en su momento”; pero que independientemente de esas “diferencias, lo respeto como ser humano y Presidente de México”… En su comentario, Zuckerman expresó: “La salud de un individuo común y corriente pertenece no al ámbito de lo privado, sino de lo íntimo. Las condiciones físicas y mentales de una persona son de la información más reservadas que puede haber. Cuando alguien se enferma, tiene todo el derecho de no decirle nada a nadie. Incluso puede mantenerlo en secreto de sus familiares más cercanos, si así lo desea. Cada quien, de acuerdo a sus convicciones, que decida hasta qué punto hace públicas sus enfermedades”…En el caso que nos ocupa, los mexicanos estamos pendientes del estado de salud del presidente AMLO y nos queda muy claro que ante esta circunstancia, debemos mantener la calma, para no caer en especulaciones y darle vuelo a la imaginación pensando con opio en la cabeza de manera morbosa sobre el estado de salud de López Obrador. Ante los rumores, prudencia… La frase: “Yo espero que el Presidente se reponga rápido y por completo. Y se cuide porque su salud no es sólo un tema que a él le compete, sino a toda la República por la importancia política de su cargo”; la escribió Leo Zuckerman. Soy Mario Castro, servidor de usted.