La hiperinflación alemana de 1923 es uno de los ejemplos más extremos de inflación de la historia.
La tasa de inflación alcanzó el 3,25 millones por ciento mensual, lo que significa que los precios se duplicaron cada 49 horas.Debido a la inflación, un dólar americano valía 4,7 billones de marcos alemanes. En condiciones de hiperinflación, la gente comenzó a utilizar productos para pagos. En teatros, cines y circos se pedía a los visitantes que llevaran comida en lugar de dinero. Por ejemplo, un anuncio en un teatro indicaba que el precio de los asientos baratos era de 2 huevos y el precio de los asientos caros era de 1 kilogramo de mantequilla.
Los suicidios en masa se volvieron comunes en Alemania en ese momento. Los especuladores inteligentes compraron bloques enteros de casas por millones de marcos, que rápidamente se convirtieron en pedazos de papel inútiles.
