EDITORIAL.
Nada bien cayó entre los fortenses el desaire público que el presidente municipal hizo al acto oficial de la conmemoración del aniversario de la revolución mexicana.
Y es que el mencionado prefirió irse de farra a lomo de caballo, cerveza en mano, a festejar a su modo tan importante acto cívico.
Penoso, pero muy penoso que a manera de guasa él en controversia, se haya exhibido en estado inconveniente con una banda presidencial surcando su pecho, siendo esto una total falta de respeto al lábaro patrio.
Lo cierto es que los fortenses no ganan para vergüenzas con sus presidentes, sean del partido que sean y la prueba ahí está.
RENÉ VEGA: Periodismo Disruptivo.
