“Familia australiana se niega a vender su casa.”
Una familia de Sídney se ha negado durante años a vender su casa a promotoras inmobiliarias, a pesar de recibir ofertas millonarias por el terreno. Mientras todo el barrio fue demolido y reemplazado por modernos complejos residenciales, su propiedad permanece intacta: una gran parcela verde que destaca como una isla en medio del concreto.
La vivienda, conocida como “la última casa en pie”, se ha convertido en un símbolo de resistencia y apego al hogar. Los propietarios aseguran que la tranquilidad, la privacidad y los recuerdos del lugar valen más que cualquier cheque.
Aunque nunca hubo una oferta confirmada de 50 millones, la historia sigue llamando la atención porque demuestra que, incluso en una de las ciudades más caras del mundo, hay quienes eligen conservar su espacio por encima del dinero.