BREVE Y PRECISO.
DOMINGO FÉLIX TORRES.
Amlo Cae a Pedazos.
Lo que ya era obvio para muchos, ahora resulta obvio para la mayoría. Hasta el más fanático se decepciona cuando ante sus ojos cae la proclamada imagen de honestidad de su líder moral.
Es que, si nadie antes pudo explicar el origen del dinero para la fábrica de chocolates de sus hijos, así como las supuestas ventas millonarias de la misma y de como de la noche a la mañana además de chocolateros, los hijos del presidente además eran fabricantes de cerveza, empresarios exitosos. Ahora, mucho menos se explica como uno de ellos (José Ramón) es de súbito, asesor de empresas internacionales (casualmente relacionadas con el Gobierno de su papá).
Tampoco era explicable el costoso nivel de vida de sus retoños que para nada era compatible con la austeridad que se declaraba de día y noche, uno día sí y otro también.
Las cosas no son como antes, decía; no somos iguales, juraba.
Pero, al contrario, algo o mucho no coincidía.
Trajes, vestimenta y zapatos caros, artículos de lujo, viajes por el mundo, presencia en juegos de ligas mayores en Estados Unidos, casas en el extranjero, etc. etc.
Todo se vino sumando, la realidad, el trabajo de los periodistas y las “benditas redes sociales” se le vinieron encima.
Si ya el escándalo de su intento de “decretazo” para mantener en secreto cualquier gasto público y negar la vigencia de código o reglamento alguno, había sido una muestra clara de una acción desesperada cargada de autoritarismo, claro síntoma de derrota.
Hoy con este nuevo escándalo familiar, el presidente ha queda acorralado, descubierto, encuerado.
La historia se ha repetido: ¡El rey va desnudo! ¡Saludos, jóvenes!
