El consumo de solo 30-60 g al día de almendras o nueces conduce a un menor apetito y mayor saciedad en estudios controlados. Esto puede ser benéfico en personas con obesidad o diabetes tipo 2 que requieran perder grasa corporal.
Estudios prospectivos indican que consumir frutos secos (>150 g/semana) se relaciona con una reducción de enfermedad coronaria (infartos), disminuye los niveles de colesterol en la sangre, y reduce riesgo de derrames cerebrales (strokes) y fibrilación auricular (arritmia).
Las almendras son excelente fuente de nutrientes. Algunos de los más destacados que se encuentran en estos frutos secos incluyen: fibra, vitamina E, magnesio, grasas monoinsaturadas, etc. Contienen polifenoles y además son naturalmente bajas en carbohidratos.
Un estudio aleatorizado y controlado en pacientes con prediabetes demostró que 30 g de almendras antes de cada comida, resultó en reducciones de glucosa, colesterol total, perímetro de cintura y peso corporal.
Y la razón principal por la que las recomiendo, es que reducen la mortalidad por todas las causas. Es decir, nos ayudan a vivir más y mejor. No son alimentos mágicos, pero son benéficos cuando son incorporados a nuestra alimentación diaria. Mas almendras, menos drama.
