BREVE Y PRECISO.
DOMINGO FÉLIX TORRES.
Cerocahui, Chihuahua.
Está a mitad del trayecto de la inconclusa carretera interestatal Topolobampo-Chihuahua, obra tantas veces anunciada pero tantas veces postergada.
Esta obra está detenida desde al menos hace seis años a la salida de Malova.
Cerocahui está en medio de montañas en un pequeño y precioso valle a 1600 msnm.
La misión de Cerocahui fue fundada por los jesuitas hace casi 350 años, la zona decayó a partir de la expulsión de los jesuitas de las colonias americanas por el rey, quedando prácticamente desde entonces en el estado que la dejaron los jesuitas.
La zona y sus habitantes, los rarámuris continuaron así, semi abandonados por siglos. Hace apenas pocos años, el valle y la misión fueron redescubiertos por la familia Balderrama, quienes son los verdaderos promotores económicos de toda la región de Barrancas del Cobre.
Los Balderrama reconstruyeron la misión, convirtieron la vieja hacienda de Enrique Villalobos Zamorano en un bonito hotel, construyeron además una escuela y hospicio para niñas rarámuris, llevaron la carretera desde Estación Bahuichivo hasta Cerocahui, plantaron viñedos y ahora se produce y se envasa -allí en Cerocahui- vino propio, generando riqueza y empleos.
La cercanía y el apoyo del FFCC Chepe ha sido fundamental para la zona, que resurgió gracias a esa vía de comunicación (Iniciada por Porfirio Díaz, pero terminada en tiempos de López Mateos).
Es a partir de la conclusión del Chepe cuando se empieza a superar de alguna manera el abandono y hasta el impacto del narcotráfico por la fuerza del turismo.
Hoy día la zona se ha convertido en un importante destino turístico, pero que, sin la tenacidad de empresarios como los Balderrama y el esfuerzo de los lugareños, aún con todos los encantos de esos lugares, no hubiera sido imposible que Cerocahui en este caso, renaciera, turistas de todo el mundo recorren Cerocahui, Barrancas del Cobre, Creel, San Rafael, Chuachochic, Batopilas, Urique y El Fuerte.
Sin embargo, hoy la tragedia ha llegado.
Nada repara las vidas perdidas ni el daño causado por el abandono oficial y la industria de las drogas.
¿Hubieran muertos estos sacerdotes jesuitas y el guía de turistas si la carretera hasta Cerocahui estuviera concluida?
No lo sabemos, pero lo cierto es que donde llega la carretera, llega la civilización y el progreso.
Por lo pronto, allí está la carretera inconclusa, allí está la belleza de la Sierra, sus bosques, sus cascadas y lagos, el precioso clima con sus huertas de manzanas, peras y duraznos.
Ahí están, también turistas de todas partes del mundo esperando conocer Cerocahui, la Presa Huites, Creel, El Fuerte y Topolobampo.
Urge que el gobierno federal atienda la inseguridad.
Las conferencias mañaneras no resuelven nada, solo magnifican los problemas de México.
Ya viene el 2024.
¡Saludos, jóvenes!