La prisión de Romerike en Noruega es la segunda más grande de Noruega, se estableció en 2010 funciona bajo un modelo de rehabilitación que hace hincapié en la educación y el empleo. Los reclusos residen en salas privadas y tienen acceso a talleres de mecánica, carpintería y sastrería, donde pueden obtener certificados vocacionales. También se fomenta la participación en actividades recreativas como deportes, cursos de arte y conciertos. Con sus modernas instalaciones, incluyendo una biblioteca, cafetería y aulas, este enfoque tiene como objetivo facilitar la reintegración de los presos en la sociedad mediante la educación y el bienestar general.
Los presos interactúan con el personal desarmado para crear un sentido de comunidad.