La imagen muestra una de las escenas más desconcertantes jamás registradas en altamar: el cuerpo momificado de Manfred Fritz Bajorat, un marinero alemán encontrado a la deriva en su yate “Sayo” en 2016, cerca de las costas de Filipinas.
Bajorat había estado navegando solo desde hacía años. Fue descubierto por dos pescadores filipinos que se acercaron a su embarcación tras verla vagando sin rumbo. Al ingresar, encontraron su cuerpo inclinado sobre la mesa de navegación, como si hubiera fallecido repentinamente mientras escribía o consultaba un mapa.
Lo que más impactó fue su estado: el cuerpo estaba momificado, debido al calor, el viento seco y la sal del mar que preservaron sus restos de forma natural. La escena, sin señales de violencia, parecía detenida en el tiempo.
Las investigaciones revelaron que probablemente murió de un infarto fulminante alrededor de un año antes de ser hallado. En su barco se encontraron pertenencias intactas, fotografías familiares y una carta emocional dedicada a su esposa fallecida.
El caso de Bajorat se convirtió en símbolo de la soledad del mar, del poder de la naturaleza para conservar lo que deja atrás… y del misterioso vínculo entre los marineros y su última travesía.