El Día de Todos los Santos es una solemnidad religiosa que se celebra todos los años el 1 de noviembre.
Es una fecha que celebra el paso de los difuntos por el purgatorio y posterior redención de sus pecados, convirtiéndose estos en almas santas unidas eternamente al creador.
La conmemoración se origina el siglo IV con la persecución a los cristianos. En un principio, los miembros de la Iglesia solían rendirle honores aquellos mártires que morían por no renunciar a su fe.
El emperador romano Diocleciano y Augusto Maximiano, organizaron en el 303 “La Gran Persecución”. Mediante una serie de edictos prohibieron a los cristianos todas las prácticas relacionadas con la religión, por lo que todos los que profesaban la fe eran condenados a morir.
El número mártires que fueron torturados y asesinados fue creciendo y esto obligó a la iglesia a seleccionar un día para recordarlos.