BREVE Y PRECISO.
DOMINGO FÉLIX TORRES.
La oposición, una Torre de Babel.-
Son millones, pero todos se creen KALIMÁN.
Se reúnen, pero no se juntan, se hablan, pero no se escuchan.
Todos se creen generales, todos se sienten jefes.
Se reconocen como contrarios al partido que desgobierna, pero hasta ahí.
Hay entre ellos una especie de delirio, en el que todo se centra en los que están se van, se van sí, pero ellos, solo ellos habrán de llegar.
En esa obsesión, su mirada es nublada, solo alcancen a reconocer a los que tienen al lado, pero no distinguen más allá.
Como burriciegos embisten a todo y a todos. No distinguen a propios de extraños. En esta revuelta, los revoltosos creen tener la verdad, la solución única.
Los interfectos se agrupan en clanes, en pequeñas sectas, cofradías, clubes…En sigilosas sesiones alimentan pasiones.
Estos ” clubes de cuates” de “socios” son cientos, miles, todos dispersos, los hay chicos, pequeños, aún más chicos y los hay hasta de un solo individuo.
La oposición es una pedacería que no logra unirse, que no logra aliarse. La falta de cordura parece ser el elemento común en la mayoría de estos grupos.
El coraje y la soberbia lleva a algunos de estos pequeños grupos a afirmar no necesitar de nadie.
Como si alguien les hubiera ungido, como si algún poder desconocido hubiera bajado desde el cielo sobre sus tristes figuras a elevarlos por encima de los demás mortales.
En la Torre de Babel de la oposición nadie hace caso a nadie.
Las alianzas son solo entre ellos, con otros nunca, no pasa por su mente, ellos saben el problema, y es precisamente el problema, su solución personal.
Así, las alianzas que tejen, en realidad no son alianzas, porque las alianzas solo se conforman cuando se dan entre extraños, entre ajenos.
Hay que moderar los ánimos, porque las sectas no conocen límites y no conocen la moderación, no es lo de ellos.
En ese mundo de vanidades, hay quienes afilan dagas de día y las acarician de noche.
Sin embargo, y muy a pesar de esas hordas que dicen representar la oposición, allí con ellos, al lado de ellos, en el abigarramiento opositor si hay muchos y muy buen material humano.
En todo río crecido hay turbulencias, pero también hay aguas tranquilas.
Vendrán buenas cosas, si quienes pueden sepan y quienes saben, puedan.
¡Ánimo y saludos jóvenes!