En Finlandia, una pequeña isla habitada por tres familias presenta un fenómeno natural único: su forma cambia con las estaciones. Durante el invierno, el hielo extiende sus límites, mientras que en verano, el deshielo revela su verdadero contorno. Esta transformación refleja la adaptación de sus habitantes a un entorno dinámico, donde la naturaleza impone su ritmo y las condiciones del mar Báltico redefinen el paisaje año tras año.