En Nazaré, Portugal, las olas más grandes del mundo se forman gracias al Cañón de Nazaré, un abismo submarino de 200 km de longitud y 5 km de profundidad, que amplifica las olas del Atlántico hasta superar los 20 metros. Este destino se ha convertido en un punto clave para surfistas extremos que buscan enfrentarse a estas gigantescas olas, especialmente durante el invierno, cuando las condiciones son ideales para batir récords de altura.