BREVE Y PRECISO.
DOMINGO FÉLIX TORRES.
¿Se acabó la alianza o más bien se refuerza?
No se ha acabado la alianza.
La alianza es una solicitud de la gente, es una manifestación expresa de la gente para aliarse con más gente. La alianza nunca fue con Alito.
El dirigente del PRI solo fue un operador de la misma.
La alianza nunca ha dependido de él, ni del PRI, ni siquiera de ningún otro partido.
La alianza opositora está en todas partes: Se representa y se hace patente, cuando vemos las escuelas vandalizadas, las empresas cerradas, cuando vemos la lastimosa realidad de la drogadicción, cuando padecemos la crueldad de la violencia, cuando percibimos el desempleo y la pobreza en las ciudades y sus barrios.
La alianza vive y pervive, así como la tragedia nacional, que es más grave que nunca. Los motivos de la alianza están allí, claros y patentes.
Por eso la alianza seguirá adelante.
La alianza opositora se dio por una simple razón:
Porque la gente ya ha tenido demasiado.
La alianza opositora no es más que consecuencia de los desaciertos del gobierno.
Es el resultado de dividir al país día tras día. Es la sumatoria de hostigar a periodistas, a críticos, a comerciantes, a médicos, a maestros, a profesionistas, a sindicatos, a líderes, a la iglesia, bueno, a todo mundo; especialmente a quienes piensan distinto.
La alianza opositora no es otra cosa que el instinto de supervivencia expresado en rechazo social, rechazo a una política de confrontación; la alianza opositora es la repulsa a pobres resultados grandes fracasos. La alianza opositora es la negativa a aceptar la amenaza, la violencia, la agresión diaria.
La alianza opositora ya está encaminada, ya no se puede parar.
Como diría en 1988 Manuel Clouthier: “esto ya no lo detiene nadie, menos el tal Alito.
Saludos, jóvenes.