HABLANDO CLARO
¡Viva Juárez! Mil ecos repitan, porque Juárez la patria nos dio… A 218 años de su nacimiento, allá en San Pablo Guelatao, lugar ubicado en lo más alto de la sierra Oaxaqueña; pueblo del cual salió no por miedo, sino por su deseo de aprender; Juárez es el espejo en el que los mexicanos nos vemos en la lucha permanente por darnos un sistema en el que la democracia y la libertad sean los puntos que nos unan…Pero, Hablando Claro, Benito Juárez, jamás renegó de su origen Zapoteco, “Hijo del pueblo, Yo no lo olvidare” fue una de sus frases, que le dan consistencia a la nobleza de mexicano bien nacido…Hurgando en los archivos, que conservo, me encontré un pieza oratoria del Dr. En derecho Sergio García Ramírez, quien fuera procurador General de la República… el 20 de marzo de 1995, García Ramírez, recibió la “Presea Benito Juárez 1995” que le entregara la Academia Nacional de Ciencias Políticas y Sociales. Ahí, pronunció un discurso que por su contenido, profundidad y elevado sentido nacionalista; se considera una cátedra de moral política…En una parte de esta brillante pieza oratoria, Sergio García Ramírez asentó: “Quienes se reúnen bajo la invocación de Juárez, seguramente meditan en la parte más visible de su figura y de su conducta: Figura y conducta del dirigente popular, animado por el impulso ético de la nación que se aloja en el orden jurídico. Hombre de derecho y hombre de Estado, hizo de la ley su escudo y su espada. Ella fue el único instrumento de la defensa y el único del ataque, la espada. Eso es la ley. Quien la cumple con escrúpulo es un hombre de leyes” …En la parte central de su discurso afirmó: “No hay voluntad política que merezca confianza y acatamiento si no se ampara en la voluntad jurídica. En esta se deposita el acuerdo soberano del pueblo. Para una república verdadera. Para un pueblo ilustrado. Para un Estado de Derecho; esta es la única tabla de los mandamientos” …La frase: “Estas horas, no son la hora de Juárez. Pero deben serlo, porque México lo necesita”; la pronunció el Dr. Sergio García Ramírez el 20 de marzo de 1995. Soy Mario Castro, servidor de usted.