Desde El Fuerte Sinaloa, septiembre 12, 2025

Además de Inconformes, Confundidos.-

Además de Inconformes, Confundidos.
La llamada oposición política en Sinaloa se empieza a palpar en Sinaloa.
Es imposible que todos aquellos que sufrimos como Sinaloenses de un justificado malestar ante la tragedia moral y social que vive nuestro Estado, no nos manifestemos.
La oposición se encarna en todos los sinaloenses inconformes, pero se vertebra en liderazgos particulares, ya de individuos, ya de asociaciones, ya de partidos políticos.
Una muestra de ello, la multitudinaria marcha del pasado Domingo 7 de este mes de septiembre.
Aproximadamente 50, 000 sinaloenses marchamos exigiendo paz.
La marcha ejemplifica y retrata claramente el tamaño del disgusto de Sinaloa hacia los pésimos resultados del gobierno, tanto local como federal.
Pero en esta emergencia, me quiero referir al discurso equivocado que pretenden imponer algunos líderes, que, en su desesperación y coraje, mezclan a gobierno y partidos en el mismo batido.
Al hacerlo, intentan separar y confrontar a la sociedad, además del gobierno, con los partidos políticos, confrontando así también a la sociedad con los mismos partidos de oposición.
Estos liderazgos confunden en su delirio, el malestar en contra el gobierno, con un rechazo a los partidos que darían cauce precisamente a la participación política de los ciudadanos inconformes.
Que terrible error.
El error y la confusión son claras en quienes no logran separar su frustración y coraje personal o gremial, de la necesidad de una participación política ordenada, misma que invariablemente sería a través de las instituciones políticas acreditadas.
Su primitivismo les hace confundir la anarquía con la democracia.
Su sinsentido les hace suponer que son ciudadanos y nunca políticos, como si se tratara de especies distintas y no de grados diversos de civilidad.
Al final, todo ciudadano en su momento buscará apoyar y ser apoyado por los partidos y quienes de ellos emerjan, ya que para eso están y para eso sirven los partidos, solo qué como todo, hay que saber usarlos.
Al final, cuando la situación aprieta al ciudadano, cuando la sociedad busca apoyo y fortaleza, mal que bien, siempre estarán allí las instituciones políticas para representar al ciudadano.
¡Aprendamos a usar a los partidos, son nuestros, todos ellos!
¡Saludos, jóvenes!