Desde El Fuerte Sinaloa, noviembre 13, 2025

El primer correo electrónico.-

El primer correo electrónico no fue un discurso histórico, sino una simple prueba. A finales de 1971, el ingeniero Raymond Tomlinson, de la empresa BBN, modificó un programa llamado SNDMSG para que los mensajes pudieran viajar por ARPANET —la red predecesora de Internet— entre dos computadoras PDP-10 que tenía a su lado.
Para encaminar el mensaje usó otro software de transferencia de archivos (CPYNET) y necesitó un separador entre el usuario y la máquina de destino. Eligió el símbolo @ porque casi no se usaba en nombres y, además, se leía como “at” (usuario en tal equipo). Así nació el formato usuario@host.
¿Y qué decía ese primer e-mail? No se guardó copia. El propio Tomlinson contaba que tecleó un texto sin sentido, “algo como QWERTYUIOP”, solo para comprobar que el sistema funcionaba.
La novedad no fue “enviar mensajes” (eso ya existía dentro de un mismo ordenador), sino hacerlo a través de una red entre máquinas distintas. A partir de ahí, la comunidad de ARPANET definió las reglas del juego y en los años setenta y ochenta se formalizaron los estándares que hoy usamos, como el encabezado de los mensajes y el protocolo SMTP.
De una prueba mínima y casi anónima surgió una de las herramientas más influyentes de nuestra vida digital: el correo electrónico, que aún descansa sobre aquella idea simple de separar a la persona y a su máquina con un @.