BREVE Y PRECISO.
DOMINGO FÉLIX TORRES.
Haberemus Papam ó La Importancia de México para la Iglesia.
En un planeta donde la religión más profesada es la cristiana, con 2,300 millones de cristianos en todo el mundo, de los cuales, 1400 millones son católicos, la figura del Papa como cabeza de la religión cristiana, pero en particular de la católica es enorme, tremenda, aunque a veces no lo pareciera tanto.
El Papa es un personaje que habla quedo y despacio, que no da muchas entrevistas a medios, aunque da muchos mensajes y proposiciones a diario.
Que da apenas algunas conferencias públicas, pero que cuando habla, se le escucha y se le atiende en todo el mundo.
El Papa le da presencia a La iglesia católica en prácticamente todos los países del mundo, incluidos los musulmanes.
La religión del Islam es la segunda religión en la tierra (Hay 1900 millones de musulmanes), en número de sacerdotes católicos, hay 400,000 sacerdotes católicos en todo el mundo, mismos que responden a las órdenes directas del Papa y sus obispos.
Ahora, en el escenario mundial, México es el segundo lugar en católicos (alrededor de 100 millones) únicamente después de Brasil (140 millones) el tercer lugar con más católicos en el mundo se lo disputan Filipinas y E.U.A., Con 85 millones cada uno.
Ahora, siendo México el segundo país con más católicos en el mundo, con 18,000 sacerdotes y 25,000 monjas, con 20,000 parroquias y centros católicos; con 172 obispos y prelados y 6 cardenales, de los cuales solo 3 tendrán derecho a voto por el nuevo Papa, de un total de 133 cardenales que podrán participar en el cónclave donde se elegirá al nuevo Papa, ¿Cuál es el papel que juega México en la elección del nuevo Papa?
Bueno, a pesar de su peso en el catolicismo en el mundo, históricamente, México no ha tenido un peso relevante en la elección.
México más bien es proveedor de feligreses.
Sin embargo, acabamos de tener un Papa Argentino, país con apenas 31 millones de católicos.
Por cierto, Sheinbaum no va a Roma a los funerales de Francisco. Trump si irá.
Bueno, yo creo que por eso no nos dan importancia en Roma, porque nosotros no sabemos jugar como diría Trump, “con las cartas que tenemos”.
¡Saludos, jóvenes!