La expresión “Craso error”
Se refiere al desastre cometido por Marco Licinio Craso, uno de los hombres más ricos de Roma (en el período final de la República) y aunque parezca mentira, fue gracias a su fortuna que consiguió acceder a un cargo importante, llegando a ser uno de los integrantes del llamado Primer Triunvirato, compuesto por los hombres más poderosos del momento que controlaron el destino de la Roma del momento (los otros dos fueron Cayo Julio César y Cneo Pompeyo Magno).
En un afán de conseguir una gloria similar a la que poseían sus dos socios de gobierno, y mientras ostentaba el título de gobernador de la provincia de Siria, costeó de su propio bolsillo una expedición militar en territorio parto, con la que esperaba obtener un triunfo que le pusiese a la altura de César y Pompeyo.
Corría el año 55 anterior a nuestra era, y tras dos años de esfuerzos y preparación se puso manos a la obra lanzándose al ataque apoyado por siete legiones (unos 35 000 soldados más auxiliares). El asunto al principio no fue tan mal, pero en las proximidades de Carrhae (hoy Harran en Turquia), sus tropas fueron rodeadas, y debido a un planteamiento táctico erróneo del propio comandante en jefe, las tropas sufrieron un enorme descalabro, siendo prácticamente aniquiladas. En tal batalla, las fuentes clásicas afirman que los romanos perdieron a más de 20.000 legionarios, entre ellos el hijo del propio Craso, y cerca de 10 000 fueron hechos prisioneros.
Craso se vio obligado a negociar con sus enemigos para buscar una salida al desastre, aunque fue capturado y ejecutado de una manera salvaje. Le hicieron tragar oro fundido, o sea que la avaricia fue su propia perdición y la causa de su muerte. En cuanto a la expresión en sí, debemos entender que cometer un “Craso error”, equivale a equivocarse de forma garrafal. Llevar a cabo una acción que podrías haber evitado y cuyas consecuencias resultan desastrosas.
Y eso fue precisamente lo que le pasó a Marco Licinio Craso, al creerse capaz de derrotar al poderoso imperio .