Malva Marina Reyes, la hija de Pablo Neruda.
Nació con hidrocefalia y fue abandonada por ello. El hombre que escribió los más bellos y dulces versos, llamaba a su hija, “Punto y coma” (por la proporción entre su cabeza y su cuerpo), “Vampiresa de tres kilos” y “Ser ridículo”. Malva murió en la indigencia con tan solo 8 años. Su padre no fue a su entierro.
Muy pronto, cuando comenzó a tomarle el pulso al mal de la niña, la desilusión de Neruda fue en aumento. Se fue alejando más y más de su hija, y también de su esposa. Es probable que para entonces mantuviera alguna relación con la argentina Delia del Carril, La Hormiguita, por la que después abandonaría a su mujer y a su hija.
La pequeña Malva no es mencionada en sus memorias ni existe un verso dedicado a ella. Pero el cinismo de Neruda se palpa en “Canto a las madres de los milicianos muertos” donde finge un afecto que contrasta con el abandono que hizo sentir a su hija.
La hija olvidada por el nobel de Literatura murió el 2 de marzo de 1943 en Gouda, donde está enterrada, lejos del mar donde crece la flor de la Malva Marina. Tenía ocho años. (Su madre, a través del Consulado de Chile en La Haya avisa a Neruda de la muerte de la pequeña y le pide reunirse con él. El silencio fue su respuesta)