Desde El Fuerte Sinaloa, marzo 28, 2024

Letras personales: Piojos & Liendres. –

Letras personales.

Piojos & Liendres. –

Era 1978 bien lo rengo presente, estaba en su mejor momento el mundial de Fut Bol México 78, La Chiquitibum hacia historia, muchos mexicanos empeñaron hasta el alma con tal de asistir a un partido del juego del hombre, era tiempo de no levantarse de frente al televisor desde que amanecía hasta el anochecer.

Desayunábamos, comíamos, cenábamos y soñábamos con el Fut Bol.

Mientras, un servidor cursaba el tercer año de primaria, en la antes llamada Benjamín G. Hill, donde era director el Prof. Miguel Ángel Leyva Cervantes.

Mi Profesora, muy querida, y que, por cierto, me dio tercer y cuarto año, Hayde Cortez Ramírez, misma que falleció muy joven en un accidente automovilístico.

Era el caso que, en aquellos ayeres, era muy común que el estudiante principalmente de primaria tuviera piojos y liendres “siempre andan juntos”

René Vega no podía ser la excepción.

Recuerdo que metía la mano a rascar la incesante comezón del cuero cabelludo y por docenas se venían entre las uñas.

Las liendres hacían ver blanquizca mi cabellera, trepadas hasta 85 en cada uno de mis cabellos, multiplíquelos y no le dará calculadora alguna la cifra total.

Después de muchos días de padecer semejante plaga en mi cabeza, mi Mamá se observó que me rascaba y me rascaba, peor fue cuando me reviso y se dio cuenta que no terminaría ni en tres meses espulgándome las 24 horas del día.

Al estilo de antes, sin medir consecuencias, sin preguntar y sin pedirme permiso, me dijo “vete para debajo de la enramada, ahorita voy a quitarte ese animalero”

La mencionada enramada era una enorme techumbre donde varias plantas de buganvilias de diferentes colores habían sido manipuladas para crecer y entretejerse entre ellas mismas provocando una enorme sombra, cual si fuera un tejaban.

Ahí pasábamos los calores debajo de la frondosidad que nos brindaba la madre naturaleza, además de ser muy bonita por sus variados colores, misma que inspiraba paz, relax.

Eso sí, era nido de víboras, principalmente de las llamadas polleras, fue ese el motivo por lo que tiempo después fueron reducidas a simples plantas de ornato, no mayores de tamaño a un metro.

Bueno, el caso que, inocentemente voy a esperar a mi mamá para que me quitara el animalero como había dicho., me senté en una poltrona de esas de fierro, enmohecida pero todavía aguantaba, recuerdo haber llevado un Seven Pp botella de vidrio de 355 ml., Color verde, liquido burbujeante, para hidratarme según yo, y es que el calor era por demás insoportables, si no mal recuerdo era como las tres de la tarde y algunos 40 grados centígrados a la sombra.

De pronto la veo salir por la puerta trasera de la casa, con toalla de baño en mano y un frasco de fierro de con la leyenda de OKO.

Para los que no saben, el OKO era un fuerte insecticida domestico que se utilizaba para matar todo tipo de bichos, alacranes, tarántulas, cucarachas, moscas, etc.

No tuve tiempo ni de balbucear pregunta alguna, cuando ya mi Mamá me había echado el medio litro de OKO en la cabeza y comenzó a masajeármela, diciendo que para que se me incrustara bien en el cuero cabelludo y con eso los piojos y las liendres se erradicarían.

Pero eso no fue lo peor…Me puso la toalla como turbante de Kalimán, para que según no se evaporara el insecticida e hiciera mejor efecto.

30 minutos así, ¿no se como estoy vivo?, ¿porque no me intoxique? o ¿porque no quede con alguna discapacidad o secuela? GRACIAS MI DIOS.

Desde ese día, jamás de los jamases, un piojo o una liendre intentaron subir de nuevo a mi cabeza y eso que todavía tuve 3 años más en la primaria, donde era seguro volver a empiojarse.

Ya después y hasta la fecha estoy piojo, pero no de esos piojos chupa sangre.

Pues así mismos amigos, aquí otro pasaje de mi vida.

Espero haya sido de su agrado.

Avanzamos pues.

Su amigo que los quiere y los respeta.

Roberto René Vega Vega.