En Ámsterdam, la bicicleta es un elemento esencial en la vida urbana, con más de 400 kilómetros de ciclovías que facilitan la movilidad diaria y el turismo en una ciudad donde el tráfico ciclista es prioritario. Este modelo de transporte también enfrenta desafíos, como la acumulación de bicicletas abandonadas, que el gobierno local retira regularmente para mantener el orden en sus calles.