Desde El Fuerte Sinaloa, octubre 5, 2024

Letras personales. “CAFÉ, CAFÉ, CAFÉ CALIENTE”

Letras personales.

“CAFÉ, CAFÉ, CAFÉ CALIENTE”

Como si hoy los hubiera escuchado, con esa claridad, con esa contundencia del grito que en la madrugada principalmente y por las mañanas, resonaba a lo largo de la estación del ferrocarril en Estación de Sufragio.

Sí, era el grito de: CAFÉ, CAFÉ, CAFÉ CALIENTE, mismo que salía de las gargantas de varias mujeres, principalmente, que vendían este elixir terrenal a los pasajeros, tripulación y trabajadores del tren.

Eran los años 70´s y 80´s cuando el sistema ferroviario estaba en su apogeo, me tocó vivirlo.

Ejemplo de lo que les escribo, era más elocuente en la madrugada, a la llegada de los trenes bala que coincidían a las 2 de la madrugada (cuando llegaban a tiempo) en Estación Sufragio.

Ahí varias mujeres hacían presencia para ganarse la vida vendiendo café, y con el fin de atraer a sus clientes, gritaban a todo pulmón: CAFÉ, CAFÉ, CAFÉ CALIENTE, recorriendo los andenes de la estación y a todo lo largo de los vagones del gusano de fierro que por no mas de 30 minutos permanecia estacionado haiendo escala, para cambiar de tripulación.

Era común ver a los pasajeros bajarse de los vagones para comprar un caliente y aromático café o rellenar sus termos y así seguir su viaje provistos de combustible humano, máxime era en el invierno, cuando a esa hora el frio cala.

Fueron varias ocasiones que viví esa experiencia de escuchar es peculiar grito: CAFÉ, CAFÉ, CAFÉ CALIENTE, esto al acudir a la estación en mención, ya sea a llevar o recoger familiares o amigos que viajaban en ese medio de transporte o cuando me toco viajar.

Fueron pasajes de la vida que se grabarían en mi mente para siempre y que hoy con gusto les comparto.

Avanzamos pues.

Su amigo que los quiere y los respeta.

Roberto René Vega Vega.