Desde El Fuerte Sinaloa, julio 26, 2024

Un alcalde sin mando es un municipio sin alcalde.

Un alcalde sin mando es un municipio sin alcalde.

En una elección cerrada el alcalde Gildardo Leyva ganó la elección donde le favoreció en campaña el pésimo gobierno de Nubia Ramos, a su vez, un candidato popular carismático como el señor Don Vicente Pico que capitalizo los votos de los ciudadanos decepcionados del gobierno priista de la ex alcaldesa.

Una vez más, bajo el cobijo de un movimiento arrollador de morena – obradorismo, el poco o casi nada conocido Gildardo Leyva ganaba una elección bajo las promesas del discurso de la 4T, que no pasan de ser un discurso sin resultados.

Los fortenses en realidad nos preguntamos ¿Quién realmente gobierna o a gobernado estos primeros seis meses?, como nunca y dentro de tan poco han renunciado y hecho renunciar sin explicación funcionarios del primer cuadro, teniendo el alcalde en nómina asesores con altos sueldos, estos no han logrado tejer ni realizar una buena operación cicatriz en la salida de cada uno de ellos, se supone que para eso están, si es que realmente trabajan.

La ex directora de turismo al no ver apoyo ni un panorama claro para su plan de trabajo decidió renunciar, el ex director del deporte al quitarle dos trabajadoras (por según ser pareja sentimental), Álvaro García quedo desilusionado sin tener a su lado sus principales operadoras y organizadoras del deporte, y lo más ruin el ambiente en que se dio la salida del ex tesorero sin razón ni justificación alguna, todas las salidas se las atribuyen a personas cercanas como su secretaria particular o el secretario de gobierno, quienes levantan castillos de humo en los oídos del presidente, y este, en su nula capacidad política les da la razón y venia para actuar, atribuyéndose acciones que no les competen.

Hoy no se sabe de ninguna obra, y cualquier acción la cacaraquean como una gran labor, ya sea una fumigación en lancha a la orilla del rio, o porque ya quitaron el logo de la administración anterior del arco y pusieron el logo actual, mientras al interior del palacio las diferentes tribus se enfrentan y cada quien toma sus decisiones, sin una voz de mando que logre conciliar y poner orden, porque alcalde al parecer no hay, cuando Gildardo llegó al congreso en 2018 llego prácticamente sin conocimiento alguno, los políticos de experiencia sabían de su nula capacidad y por ello le mandaron un asesor que hoy es secretario de gobierno, para poder así manejarlo a su antojo y el ahora alcalde tener una dependencia hacia él y el grupo al que pertenece el secretario del Ayuntamiento fortense en el estado.

Los verdaderos morenistas de abajo solo desean que Gildardo no busque una reelección, porque por los apretados números con los que gano no le darán para un triunfo en 2024, el poder desgasta, y Gildardo en seis meses está cayendo en la desilusión de muchos quienes creen o creían en la 4T, porque recordemos que morena en realidad no tiene militantes, es un movimiento político que poco a poco se va desgastando.

Los servicios públicos municipales como la recolección de basura siguen igual o peor que la pasada administración, el agua sigue siendo de mala calidad, cuando presumen apoyos del gobernador de saldar deudas de la JAPAF, además se supone que con los aumentos leoninos sin explicación que a realizado el Gerente de la JAPAF Jairo Soto en las tarifas domésticas y comerciales deben tener más ingresos para ofrecer un mejor servicio, el servicio sigue siendo pésimo.

El alcalde hoy se encuentra sublevado a las personas de su círculo más cercano, incapaz de ejercer el mando, porque simplemente no quiere ser alcalde, y un alcalde sin mando es un municipio sin alcalde, la reelección ya no es opción, por ello el regidor “Chema” Flores ya no se le ve tan cerca, esto después de la torpeza del manejo que se le dio a la salida del tesorero, por su experiencia en la política sabe que fue un grave error, ni Nubia Ramos, ni Marco Vinicio Galaviz, ni Eleazar Rubio  desgastaron su imagen y sus gobiernos en tan poco tiempo como lo está haciendo Gildardo Leyva.

ANÓNIMO.